El deseo de «NO ser más»

BUENOS AIRES, 29 DE ABRIL DE 2011.

Hoy comienzo a escribir estas líneas, las que iré “dejando macerar”, puesto que ES MUY FUERTE el tema para reflexionar, como lo vengo haciendo hasta ahora “en voz alta”, escribirlo y compartirlo con Ud., estimado lector.

Quise especificar el título porque podría entenderse de varias formas, como por ejemplo: “No deseo ser más médico”; “No deseo ser más amigo de fulano”; “No deseo ser más  esposo de mengano”; etc.

Me estoy refiriendo al SUICIDIO.

1.- INTRODUCCIÓN

Si hay un “deseo de NO SER MÁS”, es porque “SE ES”. 

TAMBIÉN PORQUE HAY UN HARTAZGO DE “SER LO QUE SOY, LO QUE VIVO AHORA”.

No importan los motivos por los cuales se desea “no ser más”, sino que trataré de ir directamente al grano, al hecho en sí.

Los motivos, o las causas de este deseo pertenecen a la medicina, al área psicología/psiquiatría.

Este espacio de la FILOSOFIA EN PANTUFLAS, ES ESO: Filosofar, reflexionar, buscar la verdad/respuesta.

Y a los efectos de no redundar en el tema ser, los invito a ver los dos (2) artículos míos sobre “EL SER Y DEJAR DE SER: EL ABORTO”, y “EL INCONCIENTE ¿ES?”.

2.- DEFINICIÓN

Es importante, como norma general intento aplicarlo, que el o los conceptos sean claros.

Para ello recurrimos al DICCIONARIO DE LA LENGUA ESPAÑOLA – REAL ACADEMIA ESPAÑOLA 21º EDICION TOMO II – 1992:

            2.1.- SUICIDARSE – Quitarse voluntariamente la vida

            2.2.- SUICIDIO – Acción o conducta que perjudica  o puede perjudicar a la persona q lo realiza

.

3.- ALGUNAS DE LAS FRASES ESCUCHADAS, MÁS COMUNES

3.1- Un ex compañero de trabajo, hace varios años atrás, cerca de fin de año, cuando se sorteó la lotería nacional exclamó: “ME QUIERO MATAAAAAAAAAAR”.

¿Qué le había sucedido?  Por UN número no había sido su billete el favorecido.

3.2.- Otro conocido, ante una situación amorosa en la cual buscaba que su amor fuera correspondido, y que no sucedió así, me comentó: “ME QUIERO MOOOORIIIIIIIIIIIIRRRRRRRRRR, LE DIO PELOTA A “ESE FLACO” Y NO A MI”.

3.3.- Una persona muy querida por mi, ante la muerte de su esposa exclamó: “¿POR QUE NO ME MORI YO ANTES? Ella era más fuerte”.

3.4.- En una reunión, viendo un partido de fútbol, hace muchos años atrás, escuché lo que exclamó uno de los presentes, ante la sanción de un penal, y que podría significar que su equipo saliera campeón: “ME MATO, ME MATO SI METE EL GOL”. Ésta frase, suena un tanto… contradictoria, pero fue real.

Y así podría continuar con más relatos, pero creo que con esto es suficiente para ilustrarnos.

4.- CIMIENTOS O PUNTO DE PARTIDA

Indudablemente, nuestro pensar, sentir y creer, respecto a lo que estamos compartiendo, está fuertemente condicionado por “nuestra cultura”, por nuestro “entorno”, es decir, al medio al que cada uno pertenece.

NO haré acá un juicio de valor (“ES tal cosa, O NO ES tal otra”) porque en este espacio “intentamos buscar la verdad”, tal como lo hacían los antiguos filósofos. Y respetando las creencias – cimientos de cada uno.

Solo trato, lector, de poder tratar un tema muy delicado, y al que las personas le huimos despavoridamente.

(Y en general no solemos encontrar respuestas que nos satisfagan. Por ahí las hay, pero no nos sacian).

5.- ANTECEDENTES

5.1.- SOCRATES

Pensador “clave” en la historia del pensamiento de la humanidad; primer antropólogo, podríamos decir ya que fue el PRIMERO que se preguntó por “el hombre/persona”, y que particularmente se dirigió al “hombre ateniense”, allá por el siglo VI a.C.

Nunca escribió nada, y fue Platón quién, en sus distintas obras lo dejó “inmortalizado” como si hubiese sido él quién escribió realmente.

Podemos ver en profundidad su pensar en la obra “El fedón”. (Y también en la “Apología de Sócrates”).

El contexto de su muerte, trataré de referirlo muy brevemente, quedando para Ud. lector, si así lo desea, profundizar leyendo las obras citadas:

Tengamos presente que en su época, y el contexto cultural, sostenía que el cuerpo era la prisión del alma; que lo ideal es huir de él, buscando la resurrección para lograr la libertad.

Había sido condenado a muerte, y podía optar: Por huir de Atenas, con un plan de sus discípulos;  ir al destierro, cosa inaceptable para un hombre de la talla de Sócrates, puesto que significaba “morir de a poco”, o bien morir envenenado. De hecho, sucedió esto último: Bebió la cicuta.

Citaré aca una parte del Texto de Fedon (Nº 59 y ss) que nos ilustra sobre el hecho concreto que estamos “pensando”:

“Después de hablar así, Sócrates se levantó y pasó a otra cámara para bañarse, y Critón le siguió, y nos mandó aguardar.

Estábamos, pues, hablando unos con otros acerca de todo lo que se había dicho y repasándolo, y nos lamentábamos de cuán gran desgracia nos había sobrevenido, en la creencia de que íbamos a pasar el resto de nuestra vida como huérfanos privados de su padre.

Luego que se hubo bañado y trajeron junto a él a sus hijos y llegaron las mujeres de su casa, habló con ellos en presencia de Critón y les dió las órdenes que quiso; despidió a las mujeres y los niños, y vino hacia nosotros. Ya era cerca de la puesta del sol, pues había gastado mucho tiempo dentro. Llegó ya bañado, se sentó, y no le dio tiempo de hablar mucho, CUANDO LLEGÓ EL SERVIDOR DE LOS ONCE Y, DE PIE JUNTO A ÉL, LE DIJO:

-SÓCRATES, NO PENSARÉ DE TI LO QUE PIENSO DE OTROS QUE SE ENFURECEN CONTRA MÍ Y ME MALDICEN PORQUE LES TRAIGO LA ORDEN DE BEBER EL VENENO, SEGÚN OBLIGAN LOS MAGISTRADOS.

De ti ya he conocido este tiempo en todo que eres el hombre más noble, paciente y bueno de cuantos jamás vinieron aquí, y ahora sé bien que no te enojas contra mí, sino contra los culpables, que ya los conoces.

Ahora, pues, como sabes lo que vengo a comunicarte, adiós, y procura soportar sencillamente lo inevitable. Y llorando dió la vuelta y se marchó.

Sócrates, mirándole, dijo:

-Salud también a ti, y yo haré lo que me dices.

Y luego a nosotros nos dijo:

-¡Que amable es! Todo el tiempo solía visitarme y a veces hablaba conmigo, y era un hombre excelente, y ahora, qué noblemente me llora.

– Mas ea, Critón, obedezcámosle, y que alguien traiga el veneno si ya está molido, y si no, que lo maje el hombre.

Y Critón dijo:

– Me parece a mí, Sócrates, que todavía está el sol más alto que los montes y que aún no se ha puesto. Y además sé que otros lo han bebido ya muy tarde después de recibir la orden, luego de cenar y de beber y de gozar a alguien que acaso les apetecía. No tengas prisa, que aún hay tiempo.

Y Sócrates dijo:

–  Con razón esos que tú dices lo hacen, pues creen que ganan algo con hacerlo, y con razón yo no lo haré, pues no me parece que sacaría otro provecho con beber un poco más tarde que el que se rieran de mí por aferrarme a la vida y andar ahorrando lo que ya nada es. Asi que -dijo- obedeceré y no me desatiendas.

CRITÓN, ENTONCES HIZO UNA SEÑAL AL ESCLAVO QUE ESTABA CERCA, Y EL ESCLAVO SALIÓ, Y DESPUÉS DE GASTAR UN POCO DE TIEMPO, VOLVIÓ ACOMPAÑADO POR EL QUE HABÍA DE DAR EL VENENO, QUE LO TRAÍA DISUELTO EN UNA COPA. CUANDO SÓCRATES LE VIO, DIJO AL HOMBRE:

 -VAMOS, AMIGO, TÚ QUE SABES DE ESTO, ¿QUÉ ES LO QUE HAY QUE HACER?

-NADA MÁS -DIJO- QUE DAR UNAS VUELTAS DESPUÉS DE BEBER, HASTA QUE TE VENGA EN LAS PIERNAS PESADEZ, Y ENTONCES HAS DE ACOSTARTE Y DE ESTA MANERA HARA SU EFECTO.

Y CON ESTO ALARGÓ LA COPA A SÓCRATES.

ÉL LA TOMÓ, Y MUY SERENAMENTE, SIN TEMBLAR NI ALTERÁRSELE NI EL COLOR NI EL ROSTRO, sino, según solía, mirando de reojo como un toro, al hombre dijo:

 -¿Qué dices sobre si con esta bebida es lícito hacer una libación? ¿Se puede o no?

-Disolvemos, Sócrates, lo que pensamos que es lo justo para beber.

-Comprendo -dijo él-, más es lícito y necesario orar a los dioses que sea feliz el traslado desde este mundo hacia allá; lo cual yo les suplico, y así sea.

Y diciendo así, aplicó la copa a los labios y con toda sencillez apuró la bebida. Y la mayoría de nosotros, que hasta entonces había podido contener el llanto, cuando, vimos que había bebido, ya no pudimos más y las lágrimas me brotaban con fuerza -cuenta Fedón, el testigo sobre cuya fe lo refiere Platón- y a hilo, de manera que me hube de cubrir con el manto y gemía por mí mismo, que no por él, sino por mi desgracia de perder tal amigo. Y Critón aún antes que yo, como no era capaz de contener las lágrimas, se levantó y salió.

Apolidoro ,que en todo el tiempo anterior no había cesado de llorar, entonces se puso a lamentarse y gemir y enfurecerse, y no dejó de quebrantar el ánimo de ninguno de los presentes, excepto del mismo Sócrates. Y él dijo:

 -¿Qué hacéis, hombres desconcertantes? Precisamente por ese motivo despedí a las mujeres, para que no cometieran estos excesos, pues en verdad tengo oído que se debe morir en religioso silencio. Así, pues, no alborotéis y conteneos.

Y nosotros al oírle tuvimos vergüenza y retuvimos el llanto.

Y él, después de haber dado unos paseos, dijo que le pesaban las piernas y se acostó boca arriba, que así le había mandado aquel hombre, y en seguida, el que le habia dado el veneno le tocó, y dejando pasar un poco de tiempo, le examinaba los pies y las piernas, y después le apretó fuertemente los pies y le preguntó si lo sentía, y él dijo que no. Y después le volvió a tocar las piernas, y subiendo así, nos mostró cómo se enfriaba e iba poniendo rígido. Y le iba tocando y dijo que cuando le llegase hacia el corazón entonces se extinguiría.

Ya estaba frío el bajo vientre, cuando Sócrates se descubrió, pues estaba cubierto con un velo, y dijo y esto fue su última palabra:

– Critón, a Esculapio le debemos un gallo, pagádselo y no lo descuidéis.

-Así será -le dijo Critón-; y mira si tienes algo más que decir.

A esta pregunta que le hizo ya no respondió, sino que después de pasar un poco tiempo se movió, y el hombre le descubrió, y tenía ya los ojos parados; y viendo esto Critón, le cerró la boca y los ojos.

Esta fue la muerte de nuestro amigo, hombre del que podemos decir que fue el mejor de cuantos en su tiempo conocimos y además el más prudente y el más justo.

NOTA: En el texto, las letras mayúsculas son de mi autoria, a los efectos de resaltar la parte relacionada específicamente con el ACTO DE “NO SER MAS”.

5.2.- PLATON

Vuelvo acá con otra obra de este filósofo, que nos ilustra al respecto en “Las Leyes, número 873  c  y d”: “El que mate al más próximo y del que se dice que es el más querido de todos, ¿qué pena debe sufrir?. Me refiero al que se mate a sí mismo, impidiendo con violencia el cumplimiento de su destino, sin que se lo ordene judicialmente la ciudad, ni forzado por una mala suerte que lo hubiera tocado con un dolor excesivo e inevitable, ni porque lo aqueje una vergüenza que ponga a su vida en un callejón sin salida y la haga imposible de ser vivida, sino que se aplica eventualmente un castigo injusto a sí mismo por pereza y por una cobardía propia de la falta de hombría…Pero las tumbas para los muertos de esta manera deben ser, en primer lugar, particulares y no compartidas con otro. Además, deben enterrarlos sin fama en los confines de los doce distritos en aquellos lugares que sean baldíos y sin nombre, sin señalar sus tumbas con estelas o nombres”.

5.3.- JUDAS, DISCÍPULO DE JESÚS

Este seguramente, lector, le será más conocido puesto que no solo fue una “figura clave” entre “los 12”, sino que la comunidad Cristiana Católica, revive la Pasión de Jesús todos los años, en la Semana Santa, y ahí podemos apreciar claramente como el texto nos indica en el Evangelio de Mateo, capítulo 27, en los versículo 1 al 5, pero particularmente éste, la decisión de “no ser más”: “1 Llegada la mañana, todos los sumos sacerdotes y los ancianos del pueblo celebraron consejo contra Jesús para darle muerte.         2 Y después de atarle, le llevaron y le entregaron al procurador Pilato. 3 Entonces Judas, el que le entregó, viendo que había sido condenado, fue acosado por el remordimiento, y devolvió las treinta monedas de plata a los sumos sacerdotes y a los ancianos,             4 diciendo: «Pequé entregando sangre inocente.» Ellos dijeron: «A nosotros, ¿qué? Tú verás.» 5 El tiró las monedas en el Santuario; después se retiró y fue y SE AHORCO”.

NOTA: El final “… SE AHORCO”, las letras mayúsculas son de mi autoría con el fin de resaltar que SE QUITÓ LA VIDA DE MOTU PROPIO.

5.4.- FREUD

Acá la cosa es un poco “más escabrosa”, pues, se ve claramente que Sigmund contó con la asistencia de  “un ayudante”, lo que podríamos expresar como una “eutanasia” – VER UNO DE MIS ARTICULODE FECHA 31-3-2009 –  es decir la llamada “muerte asistida” (que NO ES por causa natural), la que “alguien acompaña para que el otro se quite la vida, con ayuda”.

Leemos, en el texto siguiente:

“Sigmund padecía un cáncer  de maxilar desde 16 años antes de su muerte…;  Freud había convenido con su médico, el Dr. Schur, que llegado el momento  – son sus palabras – le ayudaría a “dejar decentemente este mundo”; “Dos días después del 21 de setiembre, dice a su médico:

-“Mi querido Schur: Recuerde nuestra primera conversación. Me prometió ayudarme cuando no pudiera más.

Ahora esto  no es más que una tortura y no tiene ya ningún sentido”;

“No había traza alguna de sentimentalismo o de piedad hacia sí mismo, nada mas que realidad”; “A la mañana siguiente, Shur le administra una dosis de morfina, suficiente para hacerle abandonar – como había pedido – decente y razonablemente este mundo”.

NOTA: Sobre la muerte de Sigmund Freud, ver “SIGMUND FREUD – Tradición y ruptura en el pensamiento humanista”; Carlos CASTILLA DEL PINO; Editorial Almagesto, colección minima, 1993.

5.5.- JEAN PAUL SARTRE

Pensador existencialista puro; su pensamiento estaba centrado en el “hombre en sí mismo”, refiriendo a su existencia, y en una de sus frases lo designa como “Ser en el mundo”.

Y con referencia al tema que estamos tratando nosotros, dirá que “… somos para la muerte…”.

NOTA: Para profundizar más sobre este pensador, lo invito a ver el libro mío, o bien buscarlo por sus propios medios.

Es indudable, estimado lector, que los antecedentes nos muestran claramente que el deseo de “no ser más”, está presente casi a diario en el mundo que nos rodea.

Que lo pasemos por alto, que nos hagamos los distraídos o bien que no le querramos dar la importancia a este “sentimiento negativo de bajón”, no quiere decir que “no esté ahí, frente a mí”.

5.6.- ARISTÓTELES

Recurriremos a este magnífico teólogo,  a los efectos de que nos ilustre sobre la temática en trato.

De la extensa cantidad de obras que escribió, y de variada índole, nos remitiremos a la Moral a Nicómaco • libro tercero, capítulo VIII: De los Objetos temibles.

“Podemos, pues, repetirlo: el valor es un justo medio respecto de las cosas que pueden inspirar al hombre temor o confianza en las condiciones que hemos indicado.

El verdadero valor arrastra y soporta el peligro, porque el deber se lo impone, o porque sería vergonzoso sustraerse a él.

 Por lo demás, suicidarse por evitar la pobreza (*) o los tormentos del amor, o cualquier otro suceso doloroso, no es propio de un hombre valiente, y sí más bien de un cobarde.

Huir del dolor y de las pruebas de esta vida es una debilidad; porque en este caso no se sufre la muerte porque sea cosa grande sufrirla; sino que se la busca únicamente, porque se quiere evitar el mal a todo trance”. (*Aristóteles condena el suicidio como lo habían hecho Platón y los pitagóricos).

NOTA: El subrayado es de mi autoría, para resaltar el texto.

También puede, lector, recurrir a La República, libro V, de Platón.

6.- LA MUERTE

También acá seré muy breve para no redundar, y lo invito, lector, a que relea, o descubra si no lo leyó antes, el primer artículo mío que inauguró esta página, cuyo título es precisamente “La Muerte”, del 15/9/2008.

Me enfocaré ahora sobre el motivo del presente artículo:

“1).- La muerte:  ¿Qué  es?

De lo único que uno está seguro, cuando nos sacan de la panza de nuestra madre… es de dos cosas:

a) Que nos vamos a morir  y

b) Que tenemos que tomar decisiones.

Del resto… nada sabemos con exactitud.

El hecho de la muerte es un corte existencial: ¡¡Nos lleva al “no ser”!!

No veremos más, no soñaremos más, no desearemos nada más, no recordaremos más, etc. Pero… lo profundamente nefasto para nuestra concepción, para nuestra inteligencia y entendimiento es…

¡¡Que el mundo siga sin que estemos en el!!

Lo más triste es que… SIN NOSOTROS… ¡TODO SEGUIRA IGUAL! 

De acá un dicho muy común de escuchar: “El cementerio, de imprescindibles… está lleno”.

            Lector:   La muerte es, precisamente, la “gran crisis” suprema del hombre: Lo des-mundaniza, a tal punto que le hace plantearse el sentido o no, de su existencia”.

7.- ANÁLISIS

¿Qué es lo que a una persona lo lleva a tomar esta decisión, de… DEJAR DE SER, AHORA?

Razones, hay muchas, y de los más variados tenores.

Lo que intento compartir, con estas líneas, a modo de “disparador”, es el análisis desde “lo conciente”, es decir que el deseoso tomó la decisión de “no ser más”, y tal acción, la decisión, fue preparada, pensada, sin dar “pistas” sobre ella; diríamos… que “la planificó concienzudamente”.

8.- ALGUNOS INTERROGANTES

El texto de Aristóteles es mas que claro: El anhelante de “no ser más”, “… ES UN DÉBIL Y COBARDE PORQUE QUIERE EVITAR EL MAL A TODO TRANCE”.

Ahora bien: Me surgen algunos interrogantes:

¿Quién quiere enfrentar, agarrar, asir, quedarse… CON ESE MAL?  ¿Quién elige sufrir ante el panorama que le viene, y ve, piensa, evalúa… que “NO LE DA EL CUERO/LOMO” para soportar tal vivencia? ¿Cómo puede uno saber si puede “pagar el COSTO” de seguir soportando el “SOY ESTO AHORA, CON TODO LO QUE CONLLEVA”?

Y lo más profundo: “¿Quién puede SABER-VER en la conciencia, la intimidad, la interioridad de esa persona que deseó “no ser más”?

Para mejor ilustración, les comparto una frase de un artículo que leí en el diario Elindependiente digital hoy 9-5-2011, y que extraigo sólo una frase,  porque se relaciona directamente con esta última pregunta: “… Nunca vamos a saber que pasó por la cabeza de Carlitos en ese momento…”.

Para quien desee profundizar el artículo vean en http://www.elindependiente.com.ar/papel/hoy/noticias_v.asp?221498

9.- CONCLUSION

Reitero: NO HAGO JUICIO DE VALOR ALGUNO (ver punto 4).

Deseo, estimado lector, que estas líneas contribuyan, como desde que nos iniciamos en el mundo cibernético allá en el año 2008, a que podamos expresarnos en temas “existenciales, de nuestro diario vivir”, para intentar “encontrar respuestas, desde los planteos filosóficos” (tal como lo expresó Epicuro: “La medicina que no cura el dolor, no es tal; y la filosofía que no brinda respuestas no es tal”) y seguir creciendo en el día a día.

Si lo desea, espero sus comentarios.

Hata nuestro próximo “pensamiento en voz alta-escrito”.

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