1.- INTRODUCCION:
Es indudable que en los seres humanos el entendimiento se da por medio del LENGUAJE.
LAS PALABRAS, particularmente, hacen que nos podamos comunicar. Y esto se da cuando hablamos el mismo idioma.
Por ejemplo: Ud. está leyendo en español/castellano. Nos entendemos.
O bien si estudiamos otro idioma/lenguaje como el francés, nos podremos comunicar con un nativo de Francia, caso contrario será imposible.
2.- DESARROLLO DEL TEMA
Antes de entrar de lleno en el desarrollo del tema, considero fundamental definir la palabra “NECESARIA”:
“Ésta es lo que hace falta de manera indispensable para algo, es decir que “sin eso no se puede realizar la acción tal”.
Por ejemplo:
RESPIRAR, ES NECESARIO, caso contrario morimos por falta de oxigeno.
TOMAR AGUA NO ES NECESARIO, ES CONVENIENTE, ya que puedo tomar jugo u otra bebida.
Ahora bien, dicho lo anterior adentrémonos en lo que nos ocupa:
LA RESPUESTA: ¿ES NECESARIA?
Este enunciado presupone que ALGO HAY ANTES.
Y este “algo” es que hubo una pregunta; que hay un interrogante planteado, enunciado, propuesto y que “necesita esa respuesta”.
En las TRES (3) situaciones siguientes, que son ficticias, nos van a ilustrar de una manera muy sencilla:
SITUACION 1
- Hola Raúl: ¿Cómo te está yendo la semana a hoy jueves?
- Hola jefe: ¿Cómo anda? Dentro del contexto que me rodea, no me puedo quejar, si uno mira alrededor.
- Qué buena actitud la tuya.
- Y siempre trato de mirar la mitad del vaso lleno. Carga pilas. Y hablando de cargar las pilas:
- ¿Qué pasó con lo que hablamos hace ya 6 meses sobre el aumento de sueldo?
- Cri Cri Cri (onomatopeya de un grillo). Silencio. No hubo respuesta.
- Se lo reitero de nuevo. Es tiempo más que suficiente de esperar 6 meses, que considero más que “razonable”.
- (Pasaron unos cuantos segundos en total silencio, que a Raúl le parecieron horas).
- Bueno, aun se está evaluando.
SITUACION 2:
La Señora SUSANA, se presentó nuevamente en la mesa de entradas de la dependencia donde había presentado una nota:
- Buen día señor, vengo a averiguar si hay una respuesta a la nota que presenté aca hace UN AÑO Y UN MES, según la copia que tengo en mi poder (saca la hoja y la muestra). Y si bien yo estuve ausente 2 meses por un tema de enfermedad familiar en Entre Rios, no encontré ningún aviso del correo; pregunté al portero de mi edificio y me dijo que nunca llegó nada, y en mi email ni en mi celular hubo nada.
- Espéreme unos minutos que averiguo. Pasaron 6 minutos y regresa el empleado: NO señora aca no hay nada.
SITUACION 3:
Juan Diego había presentado un petitorio en una institución de gran prestigio. Llevaban 3 años sin responderle. Es más ya había desechado en su mente que habría una respuesta. Y un dia recibió una carta que decía:
“… Tal vez Ud. pueda considerar esta respuesta muy dilatada en el tiempo, le rogamos que bajo ningún concepto interprete como una falta de respeto hacia su persona sino que se intentó ver la viabilidad de su pedido”.
En las relaciones interpersonales nos comunicamos, que no solo es el lenguaje por medio de la voz sino que incluye gestos, posturas corporales, y en el lenguaje mismo los “tonos/timbres de voz” con el que decimos las cosas, etc.
Y también está el “Lenguaje de señas” y “el braille” para no videntes.
En este artículo me centro en las palabras.
Pero es cuando le «preguntamos algo a otro”, donde quedamos al aguardo de la respuesta.
En varias ocasiones escuché decir:
“Ante un interrogante, no siempre hace falta una respuesta, ya que el silencio, paradógicamente “es” una respuesta”. (Que serían las 3 situaciones anteriores).
Si aceptamos esta premisa, me surgen DOS (2) preguntas:
- PREGUNTA 1:
Tal “ACTITUD” DE NO RESPONDER: ¿Es positiva o negativa?
Dependerá de lo que el interlocutor “interprete”.
Y aca hay SUBJETIVIDAD: Para uno puede ser “positiva” y para otro puede ser “negativa”; puede ser que el silencio “sea una respuesta” o no.
En los 3 ejemplos citados, para algunos “ese lapso de tiempo” puede ser “razonable”, a otros les puede parecer “una eternidad”; “una locura”; “una tremenda falta de respeto”; etc.
Huelga decir que hasta este renglón la conclusión, por ahora, deviene en que “es necesaria” la respuesta, ya que en un diálogo hay mínimo 2 interlocutores: Uno Pregunta y el otro… “debería” responder.
San Gregorio Magno (Fue el Papa N° 64 de la Iglesia Católica Apostólica Romana) del siglo 7) en uno de sus varios escritos manifestó:
“La sabiduría de este mundo consiste en cubrir con astucia los propios sentimientos, en ocultar los pensamientos con las palabras, en mostrar lo falso como verdadero y lo verdadero como falso”.
Y en la subjetividad, que es donde existe, como dijimos, la interpretación, lo dicho por Gregorio se puede aplicar de mil maravillas.
Pero el obrar de las personas, o la mente/psique/aparato psíquico humana, es muy complejo en todo.
Insisto: Cuando nos «comunicamos con otro” queda bien explicitado que ante un interrogante “se espera que el otro conteste”.
Todos tenemos algunas actitudes que conllevan en ocasiones donde se nos consulta sobre algo, el “no contestar” porque suponemos que “el otro se dará cuenta de cuál es la respuesta”. Lo que trae como consecuencia, en la mayoría de las ocasiones, que haya malas interpretaciones y “hasta suponemos o ponemos pensamientos de ese otro que ni siquiera se le han ocurrido”.
- Lector: NO HAY QUE “SUPONER” NADA. Hay que explicitar la pregunta “Y” la respuesta.
Por otra parte, también hay personas que en algunas situaciones desean/quieren “no escuchar” la respuesta.
Y esto se relaciona con otra cosa que ya compartí antes:
¿Nos gusta escuchar la verdad? (O preferimos que nos mientan? http://lafiloenpantuflas.com.ar/2021/07/26/nos-gusta-escuchar-la-verdad-o-preferimos-que-nos-mientan/
- PREGUNTA 2:
¿Cuánto tiempo “es razonable” esperar una respuesta?
Este “tiempo de espera”: ¿Se mide por “almanaque”, o por “un ciclo”?
3.- PROPUESTA Y CONCLUSION
- 3.1. Va mi propuesta, desde mi cosmovisión:
En la Sagrada Escritura, en el Antiguo Testamento sintetiza lo que pienso, siento y creo (Es el creer desde la Fe y no el creer de cómo son las cosas en sí):
“He buscado a Yahveh, y me ha respondido: me ha librado de todos mis temores”. Salmo 33,5. (1).
Que me guste o no la respuesta, es “harina de otro costal”. No lo analizaremos aca.
- 3.2. A modo de conclusión:
Lector:
Le comento qué aprendí yo, y a un elevadísimo costo interior (Emocional, afectivo, físico, espiritual, económico, psicológico y sentimental):
- Se relaciona EXCLUSIVAMENTE CON LA PREGUNTA N° 2, sobre “CUANTO TIEMPO ES RAZONABLE ESPERAR”:
En un diálogo o presentación de un escrito, cuando uno plantea un interrogante“ y NO hay respuesta en “un tiempo razonable”… éste “ES”… ¡¡ El que UNO DECIDE CUÁNTO TIEMPO ESPERAR !!
Paradógicamente. cuando sigue el silencio, “pasado ese tiempo prudencial de espera”… SI HAY EN “ÉSE TIEMPO” SILENCIO…
¡¡SÍ HAY RESPUESTA!!
Y ES NEGATIVA”.
Para Usted lector:
¿Cuánto tiempo es “lo razonable” para esperar? ¿Usa el “almanaque” o “un ciclo”?
Hasta nuestro próximo encuentro.
4.- BIBLIOGRAFIA.
1.- “Biblia de Jerusalen” – Editorial Española Desclée de Brouwer S.A. – Año 1975.
Gracias Marcos por este nuevo articulo tuyo. Planteas un interesante tema de filosofía del lenguaje. Creo que hay que saber preguntar y hay que dar respuestas. Aunque no
sea siempre la que el otro espera. Ah! Y sí, Dios siempre responde.
Gracias Marcos! Y si, la respuesta es necesaria y el silencio también es una respuesta que habrá que saber interpretar.
Abrazo a la distancia!
Muy buen artículo. Para reflexionar. Considero que como se ve en los ejemplos la ausencia de respursta y el silencio prolongado en una contestación generan una incertidumbre creciente que provocan más angustia que una respuesta negativa inmediata a la pregunta.
Las preguntas conllevan una respuesta que no siempre es la esperada, que no siempre es la que queremos escuchar. Es preferible usar un tiempo definido para dar una respuesta, aunque ese tiempo no sea finito. La no respuesta es mostrar desprecio por aquel que tiene una inquietud, tambien por no valorar su tiempo de incertidumbre en elaborar su pregunta y obtener su tan ansiada y necesaria respuesta. Pero la filosofía tiene otros tiempos, quizá no tan largos como la ciencia.